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Introduccion

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La alimentación como comportamiento humano voluntario que permite al individuo conseguir un estado de nutrición adecuado, fenómeno este último eminentemente involuntario, debe formar parte del proceso global de entrenamiento deportivo, encuadrándose dentro de la temática final de esta obra, la preparación biológica. En concreto, la optimización y recuperación de las fuentes energéticas, así como la mejora del metabolismo energético, están en estrecha relación con la alimentación realizada, además de que la misma va a permitir al deportista mantener o modificar una composición corporal que le es necesaria, dentro de ciertos límites condicionados por la genética. Así, la alimentación que realiza el deportista, junto con las medidas higiénicas y regenerativas, y la farmacología, van a permitir desarrollar las tres grandes funciones que debe cumplir la preparación biológica, ya expuestas en el capítulo primero:

1ª. Como función preventiva, un adecuado aporte de principios inmediatos y micronutrientes va a evitar estados deficitarios de energía, vitaminas o minerales o, si por ejemplo se hablase del aporte adecuado del agua, se impediría trastornos en los procesos de termoregulación y, por tanto, de disminución del rendimiento o de producción de lesión deportiva.

2ª. Como función de optimización del rendimiento, los aportes de nutrientes con fines de mejorar el mismo durante el entrenamiento o en competición están bien documentados, poniendo por caso más relevante el aporte de bebidas isotónicas, ricas en carbohidratos y minerales, en actividades de larga duración, donde el descenso de las fuentes energéticas y el desequilibrio osmótico condicionarían una clara disminución del resultado final.

3ª. Como función de tratamiento, los aportes específicos de nutrientes pueden jugar un papel fundamental bien ante un estado carencial, como la anemia deportiva o desórdenes en el ciclo menstrual de la mujer, o bien ante un cuadro más o menos grave de fatiga crónica. En este sentido, la alimentación y la farmacología se dan la mano, siendo necesario en todo momento atender a procesos de recuperación los más naturales posible, evitando la utilización de drogas con fines dopantes. No obstante, en ocasiones, el deportista de élite para conseguir el nivel de rendimiento máximo necesita consumir fármacos y otras sustancias que, aún pudiendo tener efectos relativamente dañinos para su salud, le permiten conseguir sus objetivos (Bucci, 1992; González Gallego y Villa, 1998; Williams, 1994 y 1998). En este ámbito, la alimentación como parte de la preparación biológica se encuentra al filo de la navaja, como se comentó en el primer capítulo, lo que va a requerir de profesionales con amplios conocimientos teóricos en el tema, así como con experiencia práctica ,y todo ello anteponiendo la dignidad humana a la consecución del éxito a cualquier precio.

Establecido el marco de referencia en el que se va a desarrollar el presente capítulo, en el mismo van a ser tratados diferentes temas. En primer lugar se delimitará las necesidades nutritivas y, por tanto, la alimentación que debe realizar un deportista de forma habitual, que sin diferir mucho de la que realiza un individuo no deportista, tiene algunas peculiaridades (Girard, 2000a; Riche, 2000; Villa y cols, 2000). Esta alimentación actúa principalmente en la función preventiva, aunque también supone un pilar de apoyo a las funciones de optimización y recuperación del esfuerzo. En segundo lugar se indicarán el grupo de manipulaciones que se puede realizar a la dieta habitual del deportista, tanto inmediatamente antes como durante el entrenamiento o la competición, para mejorar su rendimiento, ubicándonos, por tanto, en la función de optimización propiamente dicha. Por último, se expondrá las manipulaciones alimenticias tras el entrenamiento o competición, que en parte juegan un papel preventivo y en parte un papel optimizador. La función terapéutica solo será necesario en los casos de déficits, como se indicará a lo largo del capítulo. En todo momento se seguirá un discurso similar al realizado en Delgado y cols (1997).



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