Este incremento de las necesidades debido al entrenamiento es consecuencia de la importante pérdida de agua a través del sudor y el vapor expirado, este último muy aumentando en altitud. Hasta tal punto esto es así que en la práctica físico-deportiva se puede hablar de un verdadero proceso de deshidratación cuando el deportista pierde del 1 al 3 % del peso corporal (Konopka, 1988). Esto origina una disminución del rendimiento deportivo, trastornos homeostáticos y una mayor posibilidad de aparición de lesiones. Por esta razón hay que educar a los deportistas, desde niños, a beber sin tener sed, ya que el tiempo necesario para desencadenar la sensación de sed, ingerir agua, absorción de la misma y compensación de las pérdidas hídricas requiere cierto tiempo. Una pérdida de agua de varios litros difícilmente es recuperable de una manera inmediata. Por ello una buena hidratación debe realizarse antes, durante y después de la actividad física (Girard, 2000a).
La forma más simple de vigilar el grado de hidratación del deportista es a través del control del peso corporal. Pesarse antes y después del esfuerzo, así como todos los días por la mañana, da una idea del estado de hidratación. Si la pérdida en cualquier momento supera el 3% del peso corporal, el deportista está entrando en procesos de deshidratación, el cual puede cursar con diferentes síntomas, que se agravan conforme la pérdida de peso (deshidratación) progresa. De manera esquemática en
Tabla II. Efectos de la deshidratación sobre el rendimiento físico-deportivo.
Porcentaje de pérdida de peso corporal | Efectos orgánicos del proceso de deshidratación |
1% 2% 3% 4% 5% 6% 7% | Umbral de insuficiencia para termoregular. Sed intensa, malestar difuso, pérdida de apetito, opresión. Boca seca, aumento de la hemoconcentración, disminución significativa de la excreción urinaria. Pérdida de un 20-30 % de la capacidad de realizar actividad física. Dolor de cabeza, dificultad para la concentración, impaciencia, apatía. Degradación grave de la regulación de la temperatura durante el ejercicio. Riesgo de coma si hace calor o humedad y se continúa el ejercicio. |
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