Un espacio con artículos, técnicas y ejercicios de natación.

Calentamiento

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Es de todos sabido que antes de realizar cualquier tipo de ejercicio, se debe calentar el organismo. De este modo se preparan el corazón, los músculos y las articulaciones para la parte principal de la sesión de entrenamiento, con los consiguientes beneficios fisiológicos. Esencialmente, el calentamiento:

  • Aumenta la temperatura de los músculos, lo que les permite contraerse más rápidamente y con mayor fuerza, y relajarse más deprisa.
  • Produce un aumento de la temperatura general del cuerpo y un gradual incremento del ritmo cardíaco, dilatando los capilares y garantizando un aporte de sangre suficiente a los músculos que se van a ejercitar.
  • Estira los músculos y hace más elástico el tejido conjuntivo.
  • Reproduce los esquemas neuromusculares requeridos en la sesión de entrenamiento.
  • Favorece la producción de líquido sinovial —el líquido que permite lubricar el movimiento de un hueso sobre otro— en las cápsulas de las articulaciones, y calienta tendones y ligamentos, así como los músculos que rodean cada articulación. Las articulaciones quedan de este modo bien lubricadas antes de ser utilizadas.

Presenta igualmente beneficios psicológicos, al preparar mentalmente al nadador para la sesión de entrenamiento posterior.
El calentamiento debe ser siempre gradual. Si se realiza con excesivo vigor, se agota el glucógeno de los músculos y puede aparecer ácido láctico al iniciarse la sesión. Se avanza en el programa de entrenamiento sin forzarse excesivamente al principio.

Una sencilla rutina de calentamiento en seco


A ser posible, se debe dedicar un tiempo a realizar un sencillo calentamiento junto a la piscina antes de iniciar la sesión de entrenamiento. Al principio no hay que forzar demasiado, basta con unos ejercicios ligeros. Se reservan unos cinco minutos antes de cada sesión de natación para estiramientos, sobre todo de hombros y de tobillos.

Estas son algunas sugerencias de ejercicios que durarán al menos 15-30 segundos cada uno:
  • Empezar de pie, con los pies separados alineados con los hombros. Describir círculos con cada brazo de 360 grados o lo más aproximado posible. Realizar varios círculos con el brazo derecho hacia delante y luego varios hacia atrás. Repetir con el otro brazo. Para que el cuerpo quede bien vertical, se debe mirar bien al frente. Realizar los movimientos despacio para poder sentir toda la gama de movimientos en la articulación del hombro. Mantener los hombros bajos y la espalda erguida.
Hombros, rotación de brazos.
  • Ahora se puede sentir el efecto de la natación inclinando el torso hacia delante e imitando los movimientos del crol. Los hombros se habrán ido acostumbrando a los movimientos de rotación, por lo que se pueden realizar los movimientos de brazos del crol a mayor velocidad. A continuación realizar los movimientos de brazos de mariposa. Mantener la espalda recta y la cabeza alineada con ella.
Estilo libre y mariposa, rotación de brazos.
  • El siguiente paso es de pie: realizar círculos con ambos brazos hacia atrás. El movimiento ha de ser lento y, cuando los brazos se encuentren en la vertical sobre la cabeza, se sentirá cómo se juntan los omoplatos. Una vez más, los hombros se mantendrán bajos.
Espalda, rotación de brazos al frente.
  • Levantar ahora el brazo izquierdo y sujetar el codo con la mano derecha. Empujar suavemente hacia atrás para estirar el tríceps en la zona posterior del brazo. Mantener la cabeza y el cuerpo verticales, mirando bien. Mantener el estiramiento 15-30 segundos y repetir con el otro brazo. Si se realiza el ejercicio con un compañero, éste podrá ayudar a controlar los movimientos.
Estiramiento de tríceps.
  • Ahora se puede pasar a hacer otro ejercicio sencillo, estirando esta vez los músculos posteriores del muslo. Colocar una toalla en el suelo y sentarse con la espalda recta, una pierna estirada y la otra cómodamente flexionada hacia un lado. Inclinarse hacia delante, hacia la punta de los pies, hasta sentir el estiramiento en la zona posterior del muslo. Mantener la espalda recta y la cabeza alineada con ella. Mantener la tensión 15-30 segundos y descansar. Repetir con la otra pierna.
Estiramiento de músculos posteriores del muslo sentado.


  • Por último, flexionar la pierna izquierda y colocar el tobillo izquierdo sobre el muslo derecho, por encima de la rodilla. Sujetando el tobillo con la mano izquierda, hacer rotar 360 grados el pie con la mano derecha. Se repite varias veces y se hace girar el pie en dirección contraria. Repetir con el otro tobillo.
Rotación de tobillo.

Estiramientos en el agua


En ocasiones es preferible realizar unos estiramientos en el agua mejor que fuera de ella. Quizá haya poco espacio libre junto a la piscina —y en las sesiones públicas de entrenamiento, los ejercicios en seco a veces son incompatibles con la actividad de los bañistas—. Por otra parte, los estiramientos en el agua acostumbran a la sensación de resistencia que se tiene cuando se está nadando.
  • Se empieza de cara al borde de la piscina. Sujetándose al borde o a la barandilla de la piscina, se apoya la planta de los pies en la pared y se estiran piernas y rodillas (esto sirve también, por cierto, para aliviar un posible calambre durante la sesión de natación).
Estiramiento de músculos posteriores del muslo.
  • A continuación, de pie sobre el fondo de la piscina caminar desde el lado menos profundo hacia el lado hondo. Tomar impulso en el suelo presionando con la planta y los dedos. Repetir varias veces.
Estiramiento caminando.
  • Ahora, de pie sobre el fondo de la piscina, elevar las rodillas una tras otra. Tratar de levantarlas lo más posible, mejor por encima de la cintura. Al cambiar de pierna, tratar de saltar suavemente sobre los pies para dotar de ritmo al movimiento. Los antebrazos reposan todo el tiempo sobre la superficie del agua.
Elevación de rodilla.
  • Luego, de pie sobre el fondo de la piscina, se separan las piernas. Se debe elegir una profundidad tal que los hombros queden a nivel de la superficie del agua. Extender un brazo lateralmente, alineado con el hombro. Mover la mano del otro brazo en dirección opuesta a las manecillas del reloj, bajo la superficie del agua, describiendo un gran arco delante del cuerpo, extendiendo el brazo al máximo. La mano debe quedar siempre unos 5 cm por debajo de la superficie. Volver el brazo a la posición inicial y repetir el ejercicio con el otro brazo. Tratar de acelerar el movimiento de la mano bajo el agua para aumentar la resistencia.
Rotación de brazos.
  • Proseguir con unas torsiones de tronco. De pie y con el agua por debajo de los hombros, mantener los brazos a cada lado del cuerpo. Inclinar el cuerpo hacia la derecha, bajando los dedos de la mano derecha junto a la pierna derecha, lo más abajo posible. Repetir flexionando el lado izquierdo, manteniendo las caderas alineadas durante todo el ejercicio.
Torsión de cadera.
  • Ahora se flexionan las piernas. Con el agua por encima de la cintura, separar los pies dirigiéndolos hacia fuera, de forma que queden a más distancia que la línea de las caderas. Con las manos sobre las caderas, flexionar las rodillas alineándolas con los pies, manteniendo la espalda recta y mirando al frente. Cuando el agua llegue a la barbilla, se estiran las rodillas. Repetir varias veces.
Flexiones en el agua.
  • Este último ejercicio requiere fuerza y flexibilidad. En la parte profunda de la piscina, situarse de cara al borde, colocando los brazos por encima de la cabeza, en línea con los hombros. Presionar con las manos sobre el borde, sacando del agua la barbilla y luego la parte superior del cuerpo, hasta que las caderas lleguen a la altura del borde. Dejar que el cuerpo descienda a la posición inicial dentro del agua y repetir el ejercicio cuatro o cinco veces para sentir el efecto de la última fase de impulso en crol y mariposa.
Impulso ascendente en el borde.

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Preparación de la Sesión de Entrenamiento

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Siempre se insiste en la importancia de una introducción gradual a los ejercicios de natación. Esto no es solamente válido para un programa mensual o anual, sino que es también importante para una sesión individual. No es bueno zambullirse y ponerse a nadar sin más 50-100 m al iniciar la sesión. Hay que tratar al cuerpo como a un coche; se debe calentar para que funcione mejor. Es preferible nadar un buen rato sin esforzarse, a lo que pueda considerarse un 50% del máximo. En esta etapa de calentamiento hay que concentrarse en estirarse y adoptar movimientos hidrodinámicos. Es también buen momento para acostumbrarse a la temperatura del agua y del ambiente y a las condiciones de la piscina: por ejemplo si hay mucha gente, si se dispone de una calle para nadar o si el nivel del agua hace que la superficie este picada. También conviene no nadar después de comer. Cuando se empieza a nadar hay que sentir como impulsan las manos al realizar el movimiento completo. Se debe procurar espirar todo el aire antes de volver a inspirar. Todos estos pequeños consejos ayudan a relajarse al iniciar una sesión de natación, evitando cansarse antes de tiempo.
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Vuelta a la Calma Después del Entrenamiento

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El periodo de vuelta a la calma es tan importante como el de calentamiento. La razón de disminuir el ritmo es permitir a todos los sistemas orgánicos recuperar el estado previo al entrenamiento. La sangre debe retornar al corazón para poder eliminar los productos residuales como el ácido láctico. Por lo general, el lactato se elimina más rápidamente cuando los músculos trabajan a intensidad reducida. El ácido láctico se genera naturalmente en el cuerpo como un subproducto del ejercicio. Se acumula cuando los músculos están cansados y se produce durante la descomposición del hidrato de carbono muscular, el glucógeno, cuando el organismo no dispone de suficiente oxígeno. Durante la vuelta a la calma, la contracción muscular comprime las venas, impulsando la sangre hacia el corazón a mayor velocidad. De este modo se elimina el exceso de lactato, que es metabolizado por las fibras musculares cardíacas. El periodo de vuelta a la calma, lo mismo que el de calentamiento, presenta también ventajas psicológicas, contribuyendo a relajar la mente y a eliminar la sensación de estrés al salir del agua. Se nota un gran bienestar al finalizar la sesión de entrenamiento. Cuando se planifique una sesión, hay que contar con al menos cinco minutos al final de la misma para la vuelta a la calma. Este periodo permite descansar, eliminar todo el dióxido de carbono de los pulmones y la mayor parte del ácido láctico del organismo. Cuanto más larga y dura haya sido la sesión, más tiempo hábil que dedicar a la vuelta a la calma. Para mucha gente ese periodo depende del tiempo de que disponga —pero hay que procurar no saltárselo. La vuelta a la calma se realiza con unos largos (5-6), de crol o braza sin esforzarse, o nadando sólo con las piernas, despacio y metiendo de vez en cuando la cara en el agua. De estas tres formas se puede espirar dentro del agua, limpiando así los pulmones. Los movimientos de recobro de brazos serán relajados y el impulso suave. Es de esperar que así, por duro que haya sido el entrenamiento, no se termine agotado.
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Introducción

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¿Cuál es la diferencia entre hacer largos o tramos en una piscina y entrenarse? Si la diferencia no es mucha, ¿por qué no nadar sin más?
Nadar implica cierto número de funciones: placer, salud y fitness y seguridad personal —todas ellas vinculadas entre sí—. Si se nada por placer, inevitablemente se logra mejorar la forma fisica, por poco que sea. Si se nada por motivos de salud, se mejora sensiblemente la forma. Si se nada para mantenerse en forma, se obtiene placer y se beneficia a la salud. Si se nada para lograr más seguridad en el agua, las otras tres funciones se ven afectadas.
Uno de los principales beneficios del entrenamiento es, sin embargo, que proporciona estructura a la natación. Esa estructura genera variedad y permite planificar la natación de manera que se obtiene el máximo provecho de cada una de las sesiones realizadas en el año. Además, un programa de entrenamiento bien diseñado contribuye a asegurarse de que se está haciendo lo más beneficioso en los momentos más indicados del año y también dentro de cada sesión de entrenamiento, alcanzándose de este modo los objetivos y resultados apetecidos.
¿Cuáles deben ser entonces los objetivos, base del programa de entrenamiento? Cada nadador puede tener sus propias metas de fitness y entrenamiento. Si lo que se pretende es mejorar la salud y el físico en general, el programa de entrenamiento será muy distinto del de alguien que se esté entrenando para unas Olimpiadas.

La natación como medio de mejorar la forma física


La natación es el medio perfecto para mejorar la forma física. Se desarrolla en un ambiente cálido y acogedor, lo que no es frecuente en la mayoría de los deportes para adultos. Como el cuerpo se encuentra bajo la superfície del agua, se eliminan los complejos de tamaños y formas y así las personas con sobrepeso no se inhiben de practicar la natación. Por otra parte, el soporte que ofrece el agua mientras se realizan los ejercicios convierte a la natación en una forma partícularmente beneficiosa de entrenamiento para muchos grupos de personas a los que las actividades en tíerra resultan menos atractivas o incluso imposibles. En resumen, apenas existen barreras a la natación.

Empezar con la adecuada motivación


No es fácil obligarse, pero eso es lo que requiere cualquier programa de puesta en forma. En las sesiones iniciales se traba conocimiento con el agua, y se pueden hacer las distancias a un ritmo muy cómodo, pero luego hay que salir de esa zona de comodidad y aquí es donde el programa de fitness se hace más duro, tanto física como psicológicamente.
En este punto surgen las inevitables dudas: "¿Por qué estoy yo haciendo esto? Después de todo quizá no sea tan buena idea. La verdad es que prefiero escuchar música o leer —son aficiones que exigen menos tiempo—. ¿Podré seguir con esto?". Ante esta situación, lo mejor es empezar en la forma en que se piensa continuar. Hay que ser realista, ponerse metas razonables antes de acudir a la piscina, y luego mantenerlas. Si se fija media hora para cada sesión, hay que nadar media hora ¡y no 20 minutos! Para salir de la zona de comodidad hay que avanzar poco a poco e incrementar el trabajo lentamente; con el tiempo, los esfuerzos se hacen más llevaderos conforme se adquiere mejor forma física y el cuerpo se acostumbra al aumento de ejercicio.

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Componentes de la Natación para la Puesta en Forma (Fitness)

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Existe la tentación de creer que "fitness" es la capacidad de realizar una actividad dada a intensidad bastante alta durante un largo periodo de tiempo —como es el caso del fitness aeróbico—. De hecho, la puesta en forma consta de numerosos componentes distintos, de importancia variable dependiendo de la actividad.

Componente aeróbico


Es la capacidad que tienen el corazón, los pulmones y el sistema circulatorio de transportar oxígeno eficazmente por todo el organismo y de mantener unos niveles de actividad bajos o moderados.

  • Es crucial en la natación porque la mayor parte del entrenamiento está constituida por una actividad prolongada de nivel bajo. El nadador de fitness no se entrenará probablemente a intensidades altas y por tanto no desarrollará una capacidad anaeróbica (el sistema de energía que no utiliza oxígeno). El sistema se utilizará en niveles de entrenamiento de competición, más intensos, en los que el corazón alcanza la franja del 80-90%.

Resistencia


La resistencia se asocia con la capacidad aeróbica y podría denominarse "poder de aguante". Se refiere al periodo de tiempo máximo que el organismo (el sistema cardiorrespiratorio), un músculo o grupo de músculos pueden mantener una actividad dada.

  • La resistencia se convierte en objetivo de largas sesiones de natación continuada o de las series más largas con descansos cortos (repeticiones.

Velocidad


Es el ritmo al que un nadador puede recorrer una distancia dada.

  • La velocidad en natación suele desarrollarse mediante una combinación de distancia realizada a intensidad algo inferior a la máxima, y de número de tramos destinados a mejorar las reacciones del nadador, su potencia y su capacidad explosiva. Contrariamente a la natación de resistencia, los ejercicios de alta intensidad desarrollan la capacidad anaeróbica.

Flexibilidad


La flexibilidad se refiere a la gama de movimientos que realizan músculos y articulaciones. Al igual que el componente aeróbico, es un factor importante en la salud diaria.

  • En natación, es fundamental la capacidad corporal de realizar una gama completa de movimientos con cada una de las articulaciones. El agua es el medio perfecto para mejorar la flexibilidad porque el cuerpo flota y eso mitiga los efectos de la gravedad —lo que permite a las articulaciones elevarse y separarse, disminuyendo la compresión que se ejerce en tierra, mejorando así la movilidad—. Ahora bien, los estiramientos "en seco" contribuyen igualmente a mejorar la flexibilidad cuando se realiza un programa bien estructurado.


Fuerza


Es la capacidad que tiene un músculo o un grupo de músculos para ejercer una presión que supere una resistencia.

  • En natación, trabajar contra la resistencia del agua contribuye a mejorar la fuerza y la resistencia musculares, particularmente en los grandes músculos de la zona de los hombros que impulsan el cuerpo en el agua. El trabajo de puesta a punto fuera del agua, asociado con la natación, también mejora la fuerza.

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La Natación y sus Componentes Técnicos

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Muchos nadadores que desean mantenerse en forma también quieren nadar técnicamente bien. El programa de entrenamiento ayuda a propulsarse en el agua con mayor eficiencia, por lo general corrigiendo errores naturalmente y generando esquemas neuromusculares adecuados en las brazadas.
Ya se nade para la puesta en forma, con el propósito de aprovechar al máximo el tiempo pasado en la piscina, o bien se desee entrenar con vistas a una carrera o una competición, se deben tener en cuenta los siguientes elementos técnicos además de los componentes de la puesta en forma antes citados.

Capacidad de flotar


Tres factores afectan a la capacidad de flotar: la cantidad de aire en los pulmones, la composición del cuerpo y la distribución de la grasa corporal —lo que contribuye a la forma cuando se está nadando.
Composición corporal
La composición del cuerpo es la proporción de grasa frente a tejidos no grasos —músculos, órganos, sangre y huesos.

  • En natación, la composición corporal contribuye a determinar la capacidad de flotar, que a su vez influye en la capacidad de enfrentarse a las fuerzas de resistencia del agua —es decir, en la capacidad de nadar—. Los nadadores suelen tener un menor porcentaje de grasa corporal y una mayor proporción de tejido no graso que las personas que desarrollan menos actividad física. Ahora bien, hombres y mujeres tienen diferente cantidad de grasa corporal, lo que también influye en su flotación.

Forma del cuerpo


La forma del cuerpo es la silueta general y la distribución de grasa y tejido no graso en cada individuo.

  • Como la forma del cuerpo varía con cada brazada, se presenta una forma distinta en el agua en cada momento del ciclo de brazada. Teniendo esto presente, la forma general del cuerpo influye por tanto en la eficiencia con que el cuerpo se desplaza en el agua.

Equilibrio


El equilibrio depende de la capacidad del nadador para situar eficazmente su centro de gravedad en el agua y minimizar los movimientos no deseados. La importancia primordial del equilibrio reside en que contribuye a la estabilidad durante la natación y aumenta la eficiencia de cada brazada y de cada movimiento propulsivo.

Propulsión


Es la capacidad del nadador para superar y enfrentarse a las propiedades de resistencia del agua, propulsándose hacia delante.

Coordinación


La sincronización determina la capacidad del nadador para que sus brazadas le propulsen de forma continua. Si se sincronizan debidamente todos los movimientos de una brazada, la propulsión en el agua será más efectiva.

Hidrodinámica


La hidrodinámica es la capacidad del nadador para ejecutar una serie de acciones con el fin de lograr una posición del cuerpo que reduzca la resistencia del agua y aproveche al máximo la propulsión. Consiste generalmente en una serie de flexiones, extensiones y movimientos angulares de brazos y piernas que responden a la dirección y velocidad del flujo de la corriente del agua.

Reacción


Es la capacidad del nadador de responder a un estímulo externo. Entre los ejemplos se cuenta la velocidad de zambullirse al oír la señal de salida, o de acelerar rápidamente durante una competición para responder a las exigencias de la carrera.

"Sensaciones"


Se ha tratado sin éxito de definir esta cualidad, valiosa para un nadador. Engloba todos aquellos factores intangibles que pone en juego un individuo al nadar cierta distancia. Algunos de esos factores son innatos, pero otros pueden adquirirse. La eficiencia con que se conjuguen influye directamente sobre la velocidad y la capacidad de superar la resistencia del agua. Una parte integrante de esas "sensaciones" es la capacidad del nadador de "empujar" con eficiencia hasta la siguiente fase de propulsión de una brazada, aunque también es importante la capacidad de generar el impulso hacia arriba.

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Conceptos Básicos del Entrenamiento

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Cualquiera que sea el objetivo de la puesta en forma, para conseguirlo hay que entrenarse. El proceso de entrenamiento incluye una serie de conceptos básicos que se definen brevemente a continuación.
Dicho sencillamente, el entrenamiento consiste en someter el cuerpo a un estrés y luego en dejarlo adaptarse de tal manera que pueda enfrentarse mejor en el futuro a posteriores tensiones semejantes y mayores. La natación es tan sólo una de las muchas formas en que se puede estresar positivamente el cuerpo para desarrollar sistemas fisiológicos más eficaces.

Sobrecarga


Es un principio de entrenamiento fundamental que afirma que solamente se incrementa el estado de forma cuando en el entrenamiento se imponen al cuerpo ciertas exigencias mayores que las que encuentra normalmente. Por ejemplo, si se ha nadado con regularidad en los últimos años pero cada vez que se va a la piscina se hace exactamente lo mismo, habrá que introducir cierta sobrecarga adicional si se desea empezar a mejorar.
Los mayores incrementos en la forma física se notarán sobre todo cuando se empiecen a sobrecargar los sistemas de aporte de energía (es decir, corazón, pulmones, sistema circulatorio). Las exigencias que se le hacen entonces al organismo estimulan al cuerpo a adaptarse y, con el tiempo, a progresar. Se sabe que se está progresando cuando se consigue nadar al máximo notando que se realiza un menor esfuerzo. Normalmente esto se produce al cabo de unos días de entrenamiento duro seguidos de unos días de entrenamiento algo más suave. Una vez que se ha progresado, se puede aumentar el entrenamiento hasta un nivel de intensidad mayor, iniciando un nuevo proceso de adaptación y progreso, pero esta vez alcanzando un nivel superior.
Hay que destacar sin embargo, que tras una sobrecarga inicial, el cuerpo experimenta cierto cansancio y no se notarán efectos positivos inmediatos. Por eso el descanso es clave en el entrenamiento.
Se logra la sobrecarga actuando sobre las tres variables de entrenamiento siguientes:

  • Frecuencia: es sencillamente la periodicidad con la que se entrene. Se ha demostrado que para un acondicionamiento aeróbico, se debería nadar tres veces por semana.
  • Duración: se define como el periodo de tiempo que se nade con cierta intensidad, o bien contando el tiempo total de la sesión de natación o bien una serie de esfuerzos repetidos (repeticiones) con intervalos de descanso entre cada esfuerzo.
  • Intensidad: es básicamente la dureza del trabajo que se esté realizando y puede medirse en términos de velocidad (véase más arriba), de pulsaciones y de sensaciones subjetivas ("me encuentro mejor que la semana pasada al terminar el entrenamiento").

Control de las pulsaciones

Las pulsaciones son un buen indicativo del estado físico general y de los progresos que se realizan a lo largo del programa de natación. Permiten conocer igualmente la intensidad del entrenamiento en la piscina. El pulso indica lo rápido que funciona el corazón más que la eficiencia con que trabaja. Al empezar el programa de natación, el corazón trabaja más deprisa en cualquier momento de lo que lo hará más adelante, cuando se adquiera mejor forma física.

Existen tres maneras de tomar el pulso manualmente:

  • Presionando suavemente con el dedo corazón sobre la arteria carótida a un lado del cuello; se encuentra situada en el lateral de la cabeza, a unos 3 cm por debajo del lóbulo de la oreja
  • Presionando con los dedos sobre el corazón
  • Presionando con el dedo corazón sobre la parte interna de la muñeca contraria.

Se cuentan los latidos del corazón durante 15 segundos y se multiplica la cifra por cuatro para obtener el número de pulsaciones por minuto (ppm). Se puede realizar en cualquier momento de la sesión para controlar que se está entrenando con la intensidad adecuada, pero es conveniente también medir las pulsaciones al inicio de todo el programa, para disponer de una base en el futuro.

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Cálculo de la Intensidad del Entrenamiento

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Para calcular la intensidad del entrenamiento, se miden las pulsaciones en reposo (PR) y las pulsaciones máximas (PM).

  • Las PR varían sensiblemente de un individuo a otro. Por término medio, las de las mujeres son superiores a las de los hombres en 5 a 7 ppm, pero, en general, cuanto mejor sea la forma física, más baja es la cifra. Para calcular las PR, se toma el pulso antes de levantarse durante varios días y se obtiene la media.
  • Las PM son el ritmo cardiaco cuando se trabaja hasta la extenuación, y se suele alcanzar nadando durante el entrenamiento con intervalos. Por ejemplo, tras un calentamiento integral se toma el pulso en los 15 segundos siguientes a haber completado una serie de ejercicios de alta calidad (por ejemplo, 4 x 100 m con un descanso de 3 minutos). Ahora bien, no es recomendable para todo el mundo llegar a esos extremos, y así en la tabla se ofrecen unas guías de PM según la edad, aunque una vez más, los valores variarán considerablemente de un individuo a otro. Como norma general, se calculan 226 ppm para mujeres y 220 ppm para hombres, y se resta la edad.

PM medias para distintos grupos de edades

Grupo de edad (años) PM (ppm) PM en natación (ppm)
20-30 200 190
31-40 190 180
41-50 180 170
51-60 170 160


  • Como se puede observar, la tabla incluye las PM en natación. Esto se debe a que, cuando se alcanza un nivel razonable de fitness de natación, las PM en el agua suelen ser inferiores en unas 10 ppm al máximo que se alcanza entrenando en seco.

Cómo afecta el agua al ritmo cardiaco

Se ha demostrado que el corazón puede trabajar más y más tiempo cuando se está dentro del agua. Se debe a que:

  • La flotación ayuda a sustentar el cuerpo.
  • Se entrena en posición horizontal, de manera que la sangre se distribuye más uniformemente por todo el cuerpo.
  • Se tiende a utilizar músculos de la parte superior del cuerpo más que de la inferior, por lo que el corazón no tiene que bombear sangre a puntos tan alejados como lo hace en las actividades aeróbicas en seco.
  • El corazón se expande en el agua, lo que signigica que en cada contracción se expele entre un 10% y un 20% más de sangre cuando se nada que cuando se corre.
  • El efecto refrescante del agua sobre la piel del nadador significa que la sangre utilizada a tal fin cuando se entrena en seco puede desviarse a los sistemas centrarle en torno al corazón.


Cuando se han obtenido la cifra PR y la PM nadando, hay que decidir qué intensidad de entrenamiento se requiere. Para acondicionamiento aeróbico, estará en una banda del 55% al 80%, en valores mínimos para los inicios del programa de entrenamiento —aunque para entrenamientos más intensos la banda se situará entre el 80% y el 90% y para entrenamiento anaeróbico en valores superiores al 90%.

Luego, con esas cifras, se aplica la siguiente fórmula:

(PM - PR) x % intensidad de entrenamiento + PR

Así, si se tienen 40 años, un valor de PR de 70 ppm y se inicia un programa de natación, el objetivo será nadar a un ritmo que haga subir las pulsaciones a 136 ppm.

(180 - 70) x 60% + 70 = 136 ppm

Se deben controlar regularmente las PR una vez iniciado el programa de entrenamiento. Como será cada vez más bajo conforme mejora la forma física, habrá que re-calcular la banda de entrenamiento para compensar. En general, una persona media deberá entrenar a un nivel en el que su ritmo cardiaco mantenga 150 ppm para obtener beneficios reales —es decir, que la persona de 40 años deberá tratar de mejorar su fitness de natación para poder trabajar a un 70%.
Dicho esto, es importante observar que las mediciones de ritmo cardiaco sirven solamente para un individuo y su rendimiento; las comparaciones con otros nadadores no son relevantes. Hay que tener también en cuenta que un ritmo cardiaco excepcionalmente alto a comienzos de la sesión puede indicar un entrenamiento excesivo (véase más abajo) o posiblemente un trastorno. En tal caso, se debe descansar o adaptar adecuadamente el entrenamiento.
Se debe tomar igualmente el pulso a los cinco minutos de terminar el ejercicio. Si sigue en torno a 120 ppm o notablemente alto, es que el entrenamiento ha sido excesivo. A los diez minutos de terminado el ejercicio, el pulso deberá ser inferior a 100 ppm, aproximándose al pulso de reposo de 70 ppm. Hay que desarrollar gradualmente la capacidad de adaptación del organismo; esta guía es una ayuda para conocer cuándo se está tratando de lograr demasiado en poco tiempo.

Sobreentrenamiento


El sobreentrenamiento consiste en entrenar excesivamente, sin dar tiempo al organismo a recuperarse adecuadamente entre sesiones —con lo que no logra adaptarse a las exigencias que se le imponen—. Puede deberse a varias razones:

  • El volumen de natación es demasiado grande o intenso
  • No es suficiente el reposo entre sesiones, ejercicios o distancias
  • El nadador se ha impuesto unos objetivos poco realistas
  • La familia, amigos o compañeros de entrenamiento esperan demasiado.

Si es el caso, se está a tiempo de rectificar antes de que sea tarde. Pero no siempre se es consciente de que el cuerpo no logra adaptarse hasta que se ha producido un daño. Hay que estar atento a los síntomas, que incluyen:

  • PR altas —en unas 5 ppm
  • Infecciones recurrentes y desgana debidas a la ineficiencia del sistema inmune
  • Malos resultados en el entrenamiento —por ejemplo, peores tiempos 
  • Dificultad para concentrarse en el trabajo.

Se debe escuchar al cuerpo, asegurarse de que se incluyen en la dieta suficientes hidratos de carbono y líquidos, y planificar el programa de puesta en forma cuidadosamente para que sea progresivo y cíclico. Para más información sobre el entrenamiento excesivo.

Ciclos de entrenamiento


La idea del entrenamiento cíclico es proporcionar periodos de descanso y recuperación —en ciertos momentos se nada con exigencia, pero se contrarresta con periodos sustanciales en los que no se exige mucho al cuerpo—. Estos periodos de recuperación se sitúan tras otros de entrenamiento intensivo y se consideran necesarios para garantizar un progreso sostenido. Los periodos varían de un nadador a otro, pero pueden incluir ciclos de 6 a 12 semanas, con 3 semanas de entrenamiento intensivo seguidas de 6 de trabajo de recuperación.
Ciclos superiores se conocen como macrociclos y suelen incluirse en temporadas de natación de desarrollo corto y largo. Permiten al nadador alcanzar tres o cuatro picos al año. Los microciclos son periodos cortos que duran entre unos días y una o dos semanas. El mesociclo consiste en una sucesión de microciclos y dura entre dos y siete semanas. El mesociclo incluye siempre un periodo de trabajo intenso y un periodo de recuperación más suave.
Para armonizar los elementos del plan de entrenamiento, se divide el plan anual en etapas identificables y se organizan éstas en ciclos. Si se hace adecuadamente, permiten alcanzar el momento óptimo en un tiempo predeterminado —lo que se conoce como periodización, que es el plan utilizado por los nadadores más serios y competitivos—.

Interrupción y reanudación del entrenamiento


El entrenamiento requiere sistematización, estructura y orden. Pero ¿qué ocurre cuando un nadador deja de entrenar? Entra entonces en una fase de interrupción del entrenamiento que le hace perder la forma física hasta niveles anteriores al entrenamiento. Para volver al estado de entrenamiento, tendrá que pasar por una etapa de "reanudación".

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Los Placeres del Agua

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Es probable que la natación sea, como actividad, tan antigua como el hombre. En documentos antiguos y jeroglíficos se encuentran ejemplos de hombres nadando, que destacan los placeres que aporta la natación desde hace cientos de años. La diferencia fundamental entre la natación actual como deporte y la natación de antaño reside en las razones que mueven a practicarla. Mientras el hombre nadaba antiguamente por divertirse, por pelear en las guerras y por buscar alimentos, los objetivos son hoy bién distintos. En los últimos cien años, la natación ha pasado de ser un deporte ascociado con el placer, con la competición o con la seguridad, a contar con un cuarto objetivo igualmente importante —la salud y la puesta en forma.
Hasta comienzos de este siglo los libros hablaban de la natación como de un arte. Una vez más, hubo que esperar a estos últimos cien años para que se hablara de ella, con creciente insistencia, como de una ciencia.
En 1999, Gran Bretaña contaba con 3353 centros de ocio y de natación, de los cuales 816 contaban con una sola piscina. Había otros 2.500 clubes de fitness y gimnasios de los cuales un 62% incluían piscínas. Según los estudios de Mintel, las piscinas son, con diferencia, las instalaciones más populares de los centros de ocio, con un 61% de los visitantes que utilizan una piscina normal, un 22% un parque acuático y un 19% una piscina infantil. Si se tiene en cuenta que, en un mismo año, los centros de ocio y las piscinas tuvieron 340 millones de entradas, el número de personas que practican la natación anualmente en Gran Bretaña —un país rodeado de agua— es enorme. Si se incluyen aquellas personas que nadan en el mar o en aguas del interior, el total general se incrementa aun más. La natación puede presumir de ser una de las aficiones preferidas de Gran Bretaña, y en gran parte se debe al número de personas que la practican para la puesta en forma. El interés por la natación de competición no deja de crecer entre los adultos. En los Campeonatos Mundiales de Natación de Masters, celebrados en Munich en 2000, participaron unas 7.000 personas de 53 países.

Cada vez son más las personas que empiezan a reconocer las ventajas de estar en forma para vivir más años. Una dieta equilibrada, un menor nivel de estrés y mucho ejercicio son algunas formas de contrarrestar las presiones de la vida moderna. La natación tiene perfecta cabida en este esquema. Es uno de los pocos deportes que aumenta la resistencia, la flexibilidad y la fuerza, al tiempo que exige un menor esfuerzo al corazón, ya que su práctica elimina la sobrecarga adicional del peso del cuerpo. La natación es también una de las pocos actividades deportivas que se puede practicar durante toda la vida.

La natación tiene muy pocos secretos. Sin embargo se deben apuntar varias ideas importantes y consejos prácticos que pueden ayudar al nadador en general que quiera ponerse en forma o que pretenda mantener su forma física.

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Propiedades Básicas del Agua

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El agua posee unas propiedades excepcionales. Es mil veces más densa que el aire, por lo que ofrece una gran resistencia al avance del nadador, y así, comparada con formas de ejercicio practicadas en tierra como la carrera y el ciclismo, la natación es una forma de movimiento ineficaz. Estos son algunos factores básicos que afectan al cuerpo y convierten al agua en un medio excepcional en el que desarrollar la forma física.

Presión hidrostática
El agua ejerce presión sobre el cuerpo, lo que contribuye a reducír el ritmo cardiaco durante el ejercicio al tíempo que proporciona un efecto de masaje que ayuda a rebajar la tensión muscular, procurando una sensación de menor estrés.

Posibilidad de flotar
Al zambullirse en la zona más profunda de la piscina, el cuerpo desplaza el agua, haciéndola subir y empujando al nadador hacia la superficie, reduciendo así el efecto de gravedad, procurando una sensación de ligereza y de flotación. Esto contribuye a favorecer una mayor gama de movimientos en las articulaciones, pero también a incrementar la intensidad de cualquier ejercicio que consista en empujar hacia abajo contra el agua —por ejemplo la patada hacia abajo y arriba en el estilo libre y la natación de espalda— mejorando de este modo la fuerza muscular y la resistencia.

Resistencia
Las fuerzas que actúan en sentido contrario al nadador en uno u otro punto se denominan colectivamente como resistencia del agua o resistencia al avance, de la que existen tres tipos:

  • Resistencia frontal o de forma: el agua ejerce una resistencia multídireccional a todo movimiento que se realiza, de manera que cada movimiento exige un mayor esfuerzo muscular y un mayor gasto de energía que en tierra. En general, cuanto mayor es la superficie que se presenta en el agua, y cuanto mayor es la velocidad, mayor será también el efecto —de ahí la importancia de lograr una buena posición hidrodinámica en el agua.
  • Resistencia viscosa o de fricción: las moléculas de agua producen fricción al entrar en contacto con el cuerpo del nadador, por lo que algunos nadadores de competición se depilan el cuerpo para tener la sensación de reducir así su efecto, y de avanzar más rápidamente en el agua.
  • Resistencia del oleaje: esta turbulencia en la superficie la genera la acción de nadar, que suele producir olas de proa que presionan sobre el cuerpo del nadador reduciendo su avance hacia delante. Una buena técnica de brazada puede contrarrestar este efecto, o minimizarlo.

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Una Actividad para toda la Vida

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Aparte de que el agua sea un medio excepcional en el que desarrollar un ejercicio, la natación es mucho más que un deporte. Es una destreza para toda la vida, algo que se puede aprender desde edad temprana, recordar y disfrutar de ello a cualquier edad. Roy Romain de Otter, uno de los ganadores de Masters de clubes de natación más famoso, fue campeón de Europa de 1947 en 200 m braza. Nadando mariposa en una epoca en que se podia elegir este estilo en una carrera de braza, completó el recorrido en 2:40:1. Roy seguia nadando a mariposa con más de 80 años y batió el record británico en el grupo de edad de 80 a 84 años, con 52:17 en 50m.
Pero Roy no es ni mucho menos el único caso. John Harrison, de la Royal Navy, estableció las plusmarcas en Masters británicos para el grupo de edad de 85 a 89 años, en 35:15:49 para 1.500 m y en 2:02:85 para 100 m. Ha habido otros plusmarquistas de más edad que John Harrison. En EE. UU., Tom Lane logró las mejores marcas mundiales de 2:05:49 para 50 m en 1994, y de 4:25:98 para 100 m en estilo libre en 1995, en el grupo de edad de 100 a 104 años. La natación es una actividad para toda la vida. Se puede empezar a disfrutar del agua con pocos meses y seguir nadando para estar en forma cuando se han superado los 100 años.
La pareja de más edad de los Masters británicos la constituye el matrimonio formado por Yvonne (79 años) y Roy Hodges (88 años). Su hija Jayne, una madre de Edmonton de 46 años, también compite en Masters y posee plusmarcas de Europa y de Masters británicos. Roy empez6 a nadar a principios de los años 1920.

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Un Lugar en la Agenda para la Natación

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El primer gran problema es superar la inercia. La vida moderna es cómoda y cuesta trabajo romper la rutina. Hay que mostrarse positivo. Una vez que se ha tornado la determinación de cuidar la forma física, se deben prever una o dos horas de natación en la semana laboral.
Es preferible planificar las sesiones con un mes de antelación y atenerse al programa. Hay que reconocer que no se alcanza un nivel de forma sin esfuerzo. El propósito de este libro es guiar al lector en las distintas etapas necesarias para alcanzar un nivel de forma física razonable, superando las incomodidades paso a paso.
Al planificar la natación, se evitarán aquellos días en que ya se ejerzan otras actividades físicas, en que existan compromisos familiares o se disponga de poco tiempo. Por ejemplo, si se programa nadar durante una hora, se debe nadar una hora entera —no 45 minutos porque hay que secarse el pelo, ponerse el traje y volver a la oficina para una reunión importante.
Se debe comprobar con los empleados de la piscina el horario de natación "por canes". En las piscinas se utilizan distintos nombres para la natación de adultos, desde "ejercicios acuáticos" hasta "aqua fitness"; hay que conocer las horas en que la piscina está razonablemente tranquila y si existe un grupo de nadadores adultos que se reúna con regularidad. Con estas consultas se averigua al mismo tiempo si la dirección de la piscina es favorable a la natación para use libre de adultos. Se puede entonces programar el horario de natación de todo el mes. Siempre hay que fijarse metas a largo plazo, teniendo en cuenta que los beneficios del programa de natación no se van a notar hasta transcurridos unos meses. Para más información sobre la planificación de las sesiones de natación.

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Tipos de instalaciones apropiadas

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Las autoridades encargadas de piscinas son cada vez más conscientes de la necesidad de la natación para la puesta en forma entre los adultos. Actualmente se reservan calles a ciertas horas o piscinas enteras para natación de use Libre, aunque, lamentablemente, en otras piscinas solamente se hacen reservas a petición de los clientes.
La piscina ideal es la de 25 metros, que ofrece la posibilidad de descansar con regularidad. Si es más larga puede resultar cansada al principio para personas que de-seen ponerse en forma. Se deben evitar las piscinas que presenten deficiencias en las instalaciones de duchas, lavado de pies y aseos —eso denota una falta de atención que bien pudiera darse igualmente en el cuidado del agua de la piscina—. Se evitarán asimismo aquellas piscinas en las que se observe falta de disciplina entre los nadadores que utilizan las calles o en las que no se guarde la debida cortesía en las calles.
La mayoría de las piscinas mantienen la temperatura exterior ligeramente más alta que la del agua. Es preferible evitar aquellas piscinas que tengan el agua a temperatura excesivamente alta, ya que la natación prolongada puede resultar muy incómoda en ellas.

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Equipo Adecuado

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Como en todo deporte, es importante utilizar el equipo adecuado. Lo fundamental es la comodidad y la eficacia, y el equipo debe contribuir a ambas cualidades en el rendimiento personal. La mayoría de los artículos citados a continuación pueden adquirirse en centros de ocio, en las tiendas de las instalaciones deportivas, o bien por correo o por internet. Es posible que haya que seleccionar el equipo mediante prueba y error, pero estos consejos pueden ahorrar tiempo y dinero.

Traje de baño
Los entusiastas de la natacíón no salen nunca sin un traje de baño en el maletín o en el bolso, por si se les presenta la oportunidad de darse un chapuzón. El traje de baño es, por supuesto, el elemento más importante del equípo y se debe elegir dando prioridad a la comodidad y conveniencia. Se optará por un bañador que no atrape aire o agua y se evitará cualquiera que roce bajo los brazos.
En la actualidad, la mayoría de los trajes de baño son de lycra para reducir el efecto de residencia al avance. La gama de trajes se ha ampliado con la moda, lo que significa que a los bañadores tradicionales han venido a sumarse los que llegan a la rodilla y los trajes de cuerpo entero. Según los fabricantes, el diseño de esos trajes se ha realizado en función del biomímetismo —es decir, que ímítan a diversos anfibios y a tiburones—. Todos estos trajes son adecuados para la natación de fitness y secan rápidamente.
Se puede alargar la vida del traje de baño lavándolo para eliminar restos de los productos químicos de la piscina. La arena, la sal y los aceites bronceadores también pueden dañar los trajes. Al final del día conviene aclarar el traje en agua del grifo para mantenerlo en buenas condiciones.

Gafas de nadar
Se encuentran con facilidad gafas de peso ligero, aunque unas son mejores que otras. Las antivaho no se empañan, pero se puede evitar que se empañen las gafas pasando la lengua por los "cristales" de plástico antes de ponérselas. Los nadadores que reemprendan el deporte y no estén acostumbrados a usar las gafas deben tener cuidado al ponérselas para evitar daños en los ojos. Se colocan primero los oculares sobre los ojos. Luego, manteniendo firmemente los oculares sobre las órbitas, se estira la cinta elástica por encima de la frente ajustándola en la parte posterior de la cabeza, a la altura que más cómoda resulte.

Gorro de baño
Los nadadores más experimentados llevan un gorro de látex para evitar que les venga el pelo sobre los ojos, más que para mantener el cabello seco. El gorro es particularmente útil si hay que volver al trabajo después de nadar. Si no se dispone de tiempo para lavarse el pelo, el gorro evitará que se empape de productos químicos y que huela a piscina en el lugar de trabajo.

Pinzas nasales
Las pinzas para la nariz son un elemento opcional en el equipo y las utilizan algunos nadadores que tienen dificultades para mantener el equilibrio entre la presión del aire dentro de la nariz y la presión del agua. Las pinzas consisten en un clip normalmente en forma de "U" que se coloca sobre las fosas nasales, con una cinta elástica que se pasa por la cabeza y lo mantiene en su sitio.

Tapones para los oidos
Existen en farmacia varios tipos de tapones automoldeables para evitar posibles molestias del agua que pueda entrar en los oídos.

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Equipo de Utilidad para Piscina

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Además de los diversos artículos de equípo personal antes enumerados, en algunas piscinas se encuentran elementos o materíal de entrenamiento. También los puede llevar el propio nadador a la piscina, aunque se recomienda adquirirlos poco a poco. La utilízación de todos ellos de golpe, sobre todo las palas de brazos, puede dar origen a dolores, incluso a tendinitis.

Aletas
Estos elementos de entrenamiento se utilizan desde hace mucho tiempo y siguen siendo tan importantes como antaño. Se recomienda utilizarlas para ejercicios de sólo piernas, ya que tienden a desequilibrar el ritmo natural de la brazada cuando se utilizan brazos y piernas conjuntamente. Son, eso sí, recomendables para adquirir flexibilidad en los tobillos y para hacer trabajar más los músculos de piernas y tobillos. Hay que tener cuidado al quitarse las aletas porque los pies se hunden más en el agua y se acorta la amplitud de la patada, lo que significa que se utilizan los músculos de distinta forma.

Flotador de piernas o pull buoys
La ventaja del flotador de piernas es que permite al nadador mantenerse en la superficie del agua al tiempo que impíde la acción de piernas. El aparato consiste esencialmente en dos piezas cilíndricas de poliestireno de unos 25 cm de largo, unidas por dos correas paralelas. El flotador se ajusta a los tobillos o a las rodillas manteniendo las piernas elevadas e impidiendo su movimiento. El nadador puede entonces trabajar la técnica de los brazos de manera aislada.

Palas para las manos
En ocasiones se utilizan las paletas de manos conjuntamente con flotadores de piernas. Por lo general hacen trabajar los músculos del pecho, de la espalda y de los brazos (vease p. 78), incrementando la resistencía y el esfuerzo del ejercicio. En efecto, refuerzan las brazadas al presentar mayor superficie en el agua. Las palas serán preferiblemente algo mayores que la mano. Las mejores son las que tienen forma de mano, con las que se imitan los movimientos normales del agua desplazada.

Tablas
La tabla es tan útil que se recomienda llevarla siempre en el coche por si se presenta la ocasión de nadar. Todo nadador que se precie debe disponer de una tabla. Este elemento deja libres y aisladas las píernas de manera que el nadador pueda concentrarse en desplazarse solamente con ellas. Colocada entre los muslos, se puede utilizar igualmente para practicar movimientos de brazos. Es útil para trabajar los músculos de las piernas, ya que se mueven en exclusiva. Al mismo tiempo ejercita el corazón, que tiene que esforzarse más para bombear sangre a las piernas.

Contadores de ritmo
Los contadores de ritmo para nadadores, son útiles en los entrenamientos. En un principio estaban diseñados para grupos de nadadores, pero en la actualidad se pueden usar individualmente y ajustarse at final de un largo. Si se tiene la suerte de nadar en grupo, se pueden programar con anterioridad los contadores portátiles para incluir distintas variables como la duración de la brazadao el número de intervalos de descanso. Los contadores tienen una exactitud de una centésima segundo.
La información necesaria se transmite a través de un pequeño receptor que se coloca bajo el gorro del nadador o en la cinta de las gafas. Los pitidos que emite van indicando el ritmo de las brazadas. También puede utilizarse el contador para acompasar las brazadas y lograr un ritmo más equilibrado.
Contador de ritmo


Pulsómetros
Los pulsómetros suelen ser como relojes de pulsera y en ellos se introducen manualmente los datos de ritmo cardíaco  Los pulsómetros se pueden ajustar a distintas tensiones arterioles o a un número específico de pulsaciones e indican el porcentaje de ritmo cardiaco máximo al que se trabaja.
Las versiones más avanzadas indican igualmente el número de calorías que se están quemando, basándose en la intensidad del ejercicio. Indican dos valores: uno de las calorías que se es-tán quemando en cada momento y otro de las calorías quemadas desde el inicio de la sesión de natación. Se pueden recoger los datos en casa e introducirlos en el PC para reprogramar el pulsómetro con vistas a futuras sesiones.
Pulsómetro


Cámaras de neumático
Se puede utilizar una cámara de neumático para aislar los brazos, con la ventaja de mantener las piernas elevadas en el agua. Se coloca la cámara alrededor de los tobillos aumentando la resistencia al avance, de forma que brazos y corazón deben trabajar más.

Aparatos de resistencia
Pueden ser cinturones de buceo con pesas o cinturones con bolsillos. Se utilizan para incrementar el efecto de resistencia del agua.

Gamuzas
Los buceadores fueron los primeros en utilizar gamuzas de limpieza tradicionales, Pero actualmente son numerosos los nadadores que las usan, sobre todo en piscinas exteriores, ya que son más adaptables que las toallas para secarse bien. Una vez escurridas, las gamuzas secan rápidamente y son más lígeras y pequeñas que las toallas.

Productos de lavado para el bañador
Actualmente se encuentran en el mercado productos para lavar los trajes de baño. Si se utilizan con regularidad, evitan que se deteriore rápidamente el bañador con los productos químicos de la piscina y con el sol.

Cintas de cabeza
Las cintas de cabeza de neopreno se colocan tapando las orejas, para que no se introduzcan cuerpos extraños en los oídos.

Cuaderno de entrenamiento
Este cuaderno se convertirá en parte esencial de la planificación. El cuaderno de entrenamiento permite planificar la agenda, llevar un registro del entrenamiento y comparar resultados al cabo de un tiempo dado. Es el registro del pasado, del presente y del futuro de la natación.

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Nadar con Compañero

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Cuando se está nadando, se pasa gran parte del tiempo con la cabeza bajo el agua— por lo general, sin saber si se cometen errores. Si se retoma la natación al cabo de unos años, conviene nadar con un compañero o con un grupo de amigos. Las ventajas son las siguientes:

  • Se cuenta con un compañero que observe las brazadas y ayude a corregir los errores técnicos evidentes que se cometan sobre o bajo el agua.
  • Un compañero con el que nadar y competir mientras se pone uno en forma da mucho mayor aliciente al ejercicio.
  • Se logra un sentido de equipo, lo que hace que la natación resulte más fácil e interesante: se comparte la sensación de estar juntos y de formar parte de algo que vale la pena.
  • Se puede practicar la persecucíón: la natación por calles permite nadar en cadena, es decir siguiéndose un nadador a otro por un lateral de la calle y regresando por el otro lateral. La persecución así realizada estimula psicológicamente al nadador.
  • Tener alguien con quien hablar al final de una sesión de natación fomenta la sociabilidad, además de crear puntos de comparación y de referencia en el entrenamiento.

Cuando un nadador se integra en un grupo, es preferible que forme equipo con alguien que practique su mismo estilo y desarrolle una velocidad parecida. A ser posible su compañero tendrá unos objetivos semejantes. Por ejemplo, si se desea ponerse realmente en forma y se prevé nadar cuatro o cinco veces por semana, no tiene objeto trabajar con un nadador que no pueda practicar seis meses seguidos a ese ritmo.

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Antes de Empezar

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Antes de emprender un programa de entrenamiento, es buena idea acudir al médico de cabecera para hacerse un chequeo. Este tipo de reconocimientos de personas sanas incluye un estudio del funcionamiento de corazón y pulmones. El médico toma la tensión arterial, que en caso de individuos jóvenes y sanos, será de 120 mm de mercurio (HG) para la presión sistólica y de 80 mm para la presión diastólica. (La presión sistólica mide la fuerza con que los ventrículos bombean la sangre y la diastólica mide los descansos intermedios). Con la edad, los valores de la tensión aumentan, por lo que no es alarmante que sean algo superiores, siempre que el médico se muestre conforme. Durante el entrenamiento, el sistema cardiaco trabaja con mayor intensidad y la tensión arterial es un buen indicativo del estado en que se encuentra.
Es también buena idea que el médíco realice una prueba de eficíencia de los pulmones, dado que el consumo de oxígeno será considerable durante el entrenamiento. Es probable que el médico evalúe la tasa de flujo de espíración máximo ( PEFR). El paciente respíra lo más profundamente que puede, soplando en la boquilla de un monitor de flujo de espiración máximo (PFE), tres veces seguidas. El médico registra la tasa de flujo máximo. También puede medirse la cantidad de oxígeno que consumen los milsculos durante el ejercicio, pero quizá el médico de cabecera no realice esta prueba, ya que no figura en un examen rutinario. El consumo máximo de oxígeno se denomína V02 máx. Para hombres, es normalmente de unos tres lítros por minuto y de dos litros para mujeres. Los factores hereditarios determinan hasta cierto punto la capacidad pulmonar, pero ésta se puede incrementar considerablemente con el entrenamiento. Hay que asegurarse de que el estilo de vida se adapte al nuevo programa de entrenamiento. El tabaco impide que la capacidad pulmonar trabaje eficientemente durante el entrenamiento y por tanto se debe dejar de fumar o reducir el consumo de tabaco. El alcohol se limítary a unas 20 unidades semanales. El buen estado del corazón y de los pulmones serán fundamentales en el programa de natación.
En general, lo que debe primar es el sentido común. Si no se tiene sobrepeso y se tienen menos de 50 años, se puede incrementar gradualmente el programa de entrenamiento. Si se tíenen más de 50 años, habrá que avanzar extremando las precauciones, evitando excederse en las primeras etapas. En caso de duda se debe siempre consultar con el médico. Lo más importante que hay que tener en cuenta es que, cualesquiera que sean el sexo, raza, edad y estado de salud de la persona, se puede practicar la natación como actividad para la forma física. Nadar está al alcance de cualquiera. Se puede empezar en cualquier momento y practicar con poco coste sin hacer el ridículo. Así es que ¡adelante!

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